Simplemente lo logras
Te importa poco ya lo sé. Lo logras sin esfuerzo, lo logras sin remordimientos, lo logras sin quererlo. Es que sin embargo pienso cómo puede ser, pero no quita que lo logres, que triunfes y que puedas olvidar. Todo es olvido y distracción, reparar en lo que olvidaste para lograr olvidar, cotidianidad corrompida, intrusos en la habitación, solo para olvidar. Crudo lenguaje que reverbera las remembranzas de lo que significa olvidar. Cuantas veces ese yo que desaparecido es, desapareciendo las imágenes de lo mejor. Olvido que es amor. Sentir dos veces no, es sentir olvidar, compleja sintonía de lo que fue para recordar, y una vez más, olvidar.
El Griego de la reminiscencia sostiene que el “aprender es recordar”, yo sostengo que lo único que puede enseñar es el olvidar, rompimiento de lo más bello, aquella Idea trascendental que se encuentra superfluamente más allá de toda realidad, en lo alto, ¿Para qué aprehender el recuerdo de algo inasible? La perplejidad platónica es una depresión frente a la esquizofrenia del olvido, hoy hay que olvidar el recuerdo, máscaras sobre máscaras, eso es lo que pide un yo enmascarado que se oculta en la desaparición que implica el olvido.
Olvido que permanece como esfuerzo incansable, que abraza el refugio de la mente sana que pretende aparejar su actualidad con el pasado ¿De qué sirve, en realidad, el verdadero recordar? Si todo es diferencia sobre diferencia, rizoma que crece en su propio decantar de donde proviene lo paradojal idea del "sentido". Sentir se parece a un olvido, un recuerdo vivificado de lo que es olvidado, porque lo que se olvida realmente no se nombra, y lo olvidado es algo que no podemos dejar de recordar, es por eso que simplemente lo logras, porque jamás vas a parar de olvidar.

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