El paso del tiempo y las distancias de una vida
Antes que nada el silencio, un espaciamiento, una declinación y una demora, lapsos de un pensamiento vacío y cruzado de sentimientos. Callar para silenciar la conformidad y atacar la disconformidad a gritos. Espacio y vuelvo a callar, tres puntos:
.
.
.
La única forma de constituir mi discurso es si dejo, entre palabra y palabra, un silencio imaginario, una distancia, yaquedeotramaneratodapalabraessóloletrasenunacadenadelsinsentido.  Es por eso que cabe el silencio, siendo la única forma de dar sentido, de caer en el sentido, reformulando la cadena de significaciones que permitan echar a andar por el mundo. Es la suerte del espaciamiento el dar sentido a cosas que parecían como relatos de la nada, cosas de toda especie y de todas las naturalezas requieren de la demora del aparecer, es decir, todo aparecer requiere del fundamento de la desaparición.
Hay cosas que insoslayablemente se formulan a base de un distanciamiento, hay cosas que solo cura el paso, pero no cualquier paso, sino el paso que hace pasar todo paso, el del tiempo: hay heridas que con el tiempo no desaparecen, sino que en ella, se valorizan cosas que no se valoraba, hay ausencias que recuerdan con insistencias, hay un lugar en una cama vacía. Es que es el tiempo la hendidura por la que se cuela todo presente, y el presente es la palabra que no existe sino es por algo que lo haga pasar, un pasado que hace pasar al presente y una acción, que sin mirar al actor, se dispara hacia el futuro, y resuelve así la esencia de todo paso.   

1 comentario: