Ella es la insoportable aseveración del presente, un continuo traspié de flujos desbocados. El aspecto de su desdichado corazón no puede permitirle otra cosa que sentir. Confunde el ensueño de sus noches mágicas con los susurros de paisajes oníricos difuminados con la fuerza de la vigilia. Cada tanto recuerda a algunos que están, ya con gracia, ya sin sentido, o aquellos que parecían estar, pero que siempre silencian, y los que simplemente jamás van a estar. Entre ellos reparte sus limosnas con fe de éxtasis libidinal, deseosa de nuevas fantasías, farsas de las máscaras del amor, el secreto de todo corazón en llamas, para poder dejar de amar, ella lo hace por amar cada vez más, siempre más para su tierna imagen de niña buena, ella se supera con cada nueva aventura.
De las historias que cuenta, hay muchas que brillan con escenas arremetedoras, esas que sacan provecho de la complacencia de la escucha y se brindan de a poco, un discurso sin un hilo o una anécdota sin final. Otras se desparraman como actos únicos de un drama furtivo, y las cuenta con el desaire de lo vivido. Pero las mejores son aquellas que no dice, que no cuenta, que le daría terror expresar, y que se fuerza por maquillar. Ella es una gran maquilladora, es la artista de todas las sombras y la que le da al mundo el carácter de intrigante misterio, aquello para que algunos nos preguntemos.
Una noche, finalmente me atreví y la seduje, fue esa noche y nada más, al menos eso dijo ella. Yo, hasta al día de hoy al menos, no la he podido olvidar.
Hermoso!
ResponderEliminarMuchas gracias!
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